Se perdió el tiempo haciendo arder
las manecillas del reloj.
Se perdió la noche asombrada de su virtud,
atada a las sombras.
Se perdió la tranquilidad,
cruzó la linea de lo ajeno y se emocionó.
Se perdió el miedo, que vagaba sin cesar
hasta que, angustiado, expiró su último aliento.
Se perdieron los papeles que lo dejaban todo fijado,
dando el futuro al antojo de nuestros labios.
¿Y que mas da perderlo todo
y quedarme en nada?
¿Y que mas da quedarme desnudo
frente a la tierra y el destino?
¿Y que mas me da,
si cuando me pierdo
mi cabeza echa a volar,
buscándote sin que el destino
la pueda atrapar?