Archivo mensual: agosto 2010

Perderlo todo..


Se perdió el tiempo haciendo arder

las manecillas del reloj.

Se perdió la noche asombrada de su virtud,

atada a las sombras.

Se perdió la tranquilidad,

cruzó la linea de lo ajeno y se emocionó.

Se perdió el miedo, que vagaba sin cesar

hasta que, angustiado, expiró su último aliento.

Se perdieron los papeles que lo dejaban todo fijado,

dando el futuro al antojo de nuestros labios.

¿Y que mas da perderlo todo

y quedarme en nada?

¿Y que mas da quedarme desnudo

frente a la tierra y el destino?

¿Y que mas me da,

si cuando me pierdo

mi cabeza echa a volar,

buscándote sin que el destino

la pueda atrapar?


El campo de tiro del molino

En el campo de tiro
del molino olvidado
no hay rifles ni balas,
no hay dianas ni pólvora.

Aun así, hay tiradores,
es lugar de cazadores,
de busconas y ladrones,
y de cazarrecompensas.

Aquí los tiradores cantan,
sus únicos rifles son guitarras
y sus balas son la música
disparando acordes con el gatillo.

Las únicas victimas de hoy
no derramarán sangre,
sino sentimientos mientras escuchan
la melodía que les emociona.

Aquí no se oyen gritos
pidiendo un tiro al plato,
o que se necesitan mas dianas.

Aquí se cantan estribillos
casi todo el mundo al unísono
o se pide repetir una canción.

No todas las noches
son igual de mágicas,
tan solo por unas horas
mantendrá la música su reino.

Poderoso espíritu y mago
no hay lugar en el mundo
que la música no transforme
a su justa y pura voluntad.


El tren de la vía 8

El viejo tren de la vía 8

esperaba a su tripulación.

El andén se iba llenando poco a poco

de numerosas sombras aguardando su destino.

No hay personas ni maletas, solo recuerdos

que van caminando entre la multitud.

Sueños viajeros que van y vienen, algunos vuelven,

y otros posiblemente sea la ultima vez que recorran esa travesía.

Y aquí, entre sombras, recorro sin cesar

el horizonte plagado de raíles,

fulminados por el sol del atardecer.

Como un viajero que espera

el embarque a su tren,

aguardando que la megafonista

le de una señal.

Y aquí, sentado, sigo esperando

esa señal que me diga cuando embarcar

en ese viaje hasta tu corazón.

Trains_london


De historias de telecos

Rebuscando entre folios y mensajes me he encontrado con un viejo texto que escribí en la víspera de año nuevo. Me había permitido a regañadientes un hueco para volver a Córdoba justo antes de los exámenes y despejarme, cosa que mas o menos funcionó, pero en la carrera hagas lo que hagas…todo pasa factura. Éste sería un día a día para un teleco en crisis. Dice asi:

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